Perdonar a todo aquel que alguna vez te hizo algo y por lo cual aún cargas algún resentimiento.
Tu padre que fue duro contigo, tu madre que en algún momento no estuvo cuando más la necesitabas, el ex esposo o ex esposa por la manera como la relación llegó a su fin, un amigo o una amiga que te hizo algo que nunca esperaste...la persona a la que le brindaste toda tu confianza y te estafó.
¿Cómo puedes saber si realmente has perdonado?
Pregúntate - ¿Puedo desearle lo mejor genuinamente? - ¿Estoy agradecido por ellos?
Si tu respuesta es NO, entonces no has perdonado realmente, recuerda el perdón no es un regalo para la otra persona, es algo que haces por ti y para ti mismo.
El odio, el rencor o resentimiento es como un veneno que nos tomamos pensando que le vamos a hacer daño a la otra persona.
¿Sabías que el resentimiento a largo plazo tiene efectos desagradables en tu cuerpo?
En la mayoría de los casos las personas no relacionan, sus afecciones físicas con las emociones y nunca se imaginarían que una rabia reprimida puede ser más peligrosa que una caída libre desde un 5to piso.
El último paso en este proceso de perdón tiene que ver con nosotros, no podemos perdonar ni darle amor a otros a menos que no nos hayamos perdonado y nos amemos a nosotros mismos
por consiguiente cada aspecto en tu vida donde no hayas perdonado, genera un bloqueo en ti ya sea en el aspecto físico o emocional, debes estar dispuesto a soltar y perdonar con gratitud solo de esta manera estarás libre y saludable, y podrás continuar con tu camino de crecimiento.
El último paso en este proceso de perdón tiene que ver con nosotros, no podemos perdonar ni darle amor a otros a menos que no nos hayamos perdonado y nos amemos a nosotros mismos